Todo se queda pequeño. Los zapatos se quedan pequeños. Las sabanas se quedan pequeñas. Los libros se hacen infantiles. La ropa se encoge. Empezamos a andar, si ¡si!, a andar, porque no todo es mover los pies a delante y a detras. Se empieza a coger sentido en cada paso que damos, y eso, ¡eso es caminar!. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". La proxima vez que camine, cada paso tendrá un por qué.
martes, 2 de junio de 2009
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