Una historia como la mía jamas debería ser contada. El mundo al que pertenezco es tan prohibido como frágil. Sin sus misterios, no puedes sobrevivir.
Yo no había nacido ni mucho menos para ser Geisha. Como con tantas cosas en mi extraña vida la corriente me arrastró a ello.
La primera vez que supe que madre estaba enferma fue cuando padre devolvió los peces al mar. Aquella noche pasamos hambre; -para comprender el vacío- afirmó el. Madre siempre decía que mi hermana Satsu era como la madera, tan arraigada a la tierra como un arbol. Pero de mí decía que era como el agua. El agua puede abrirse camino incluso a traves de la piedra, y si se ve atrapada, siempre busca un nuevo camino.
sábado, 4 de abril de 2009
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