
 De noche, muertos de luna,nos vimos en la ventana.
-- Mi hermanito está en la cuna;
le estoy cantando la nana.
"Quítate de la esquina,chiquito loco,
que mi padre no te quiere
ni yo tampoco".
Y mientras que tú cantabas,
yo inocente, me pensé
que la nana nos casaba
como a marido y mujer.
¡Pamplinas, figuraciones
que se inventan los chavales!
Después la vida se impone:
tanto tienes, tanto vales...
Por eso yo, al enterarme
que estabas un mes casá,
no dije que iba a matarme
sino... ¡que me daba igual!
Mas, como es rico tu dueño,
te brindo esta profecía;
tú, cada noche, entre sueños,
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde
que tu boca me besó
y te llamarás ¡cobarde!
como te lo llamo yo.
Y verás, sueña, que sueña,
que me morí siendo chico
y se llevó una cigüeña
mi corazón en el pico...
Pensarás: No es cierto nada;
yo sé que lo estoy soñando.
Pero allá a la madrugada
te despertarás llorando
por el que no es tu marío
ni tu novio, ni tu amante,
sino...
¡por el que más te ha querío! ¡Y con eso, con eso!
¡Con eso tienes bastante!